CANACAR propone regreso de la Policía Federal ante incapacidad de la Guardia Nacional
Luego de los narcobloqueos que se registraron este pasado fin de semana en Michoacán, Roberto Díaz Ruiz, presidente de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (CANACAR), manifestó que es evidente que la Guardia Nacional se encuentra rebasada y lo mejor es que se regrese a la policía federal de caminos.
“Ha estado muy tremendo el tema de inseguridad en las carreteras de todo el país. A mí si me dieran a escoger entre el actuar de la policía federal de caminos o la Guardia Nacional, elegiría a los de antes”, expresó el empresario
La inseguridad ya afecta las operaciones en la frontera norte
En Nuevo Laredo, la situación tiene un impacto directo: los cruces fronterizos se están viendo afectados por la lentitud en el ingreso y salida de mercancías, lo que podría derivar en pérdidas económicas y retrasos logísticos. De los 6 mil camiones que cruzan diariamente, al menos mil unidades se quedan en el limbo cada día, generando cuellos de botella en la principal frontera comercial de México con Estados Unidos.
Guardia Nacional rebasada y sin resultados: piden el regreso de la Policía Federal
Transportistas afirman que la Guardia Nacional ha sido incapaz de frenar los delitos en autopistas, y consideran que está saturada de funciones, lo que debilita su operatividad. Por ello, proponen que regrese la Policía Federal de Caminos, una institución que en su momento ofrecía mayor presencia y reacción ante los ataques en carretera.
Mientras tanto, tramos como los de Querétaro, Guanajuato y Zacatecas se han vuelto zonas de alto riesgo. La preocupación es que estos focos de violencia sigan expandiéndose hacia estados que antes eran considerados seguros, como Aguascalientes.
¿Qué implica esta crisis para Nuevo Laredo?
Para una ciudad como Nuevo Laredo, que depende del comercio internacional, esta crisis de seguridad en carreteras afecta gravemente el flujo de mercancías, la competitividad y la confianza de los inversionistas. Si los camiones no pueden circular con libertad y seguridad, se pone en riesgo toda la cadena logística, tanto del lado mexicano como del estadounidense.
La frontera norte, en lugar de avanzar con eficiencia, se está volviendo un cuello de botella comercial, mientras los transportistas operan bajo temor y con mayores costos operativos.