Cientos de familias neolaredenses salieron la noche del domingo a disfrutar del tradicional paseo dominical sobre el bulevar Paseo Colón, reviviendo una de las costumbres más queridas de la ciudad: la convivencia en familia al aire libre y en total tranquilidad.
Desde temprana hora, vehículos con padres, hijos y abuelos comenzaron a circular lentamente por la arteria, mientras otros optaban por caminar, andar en bicicleta o patines.
“Esto nos recuerda los tiempos en que venir al Paseo era parte del domingo. Qué bonito que siga siendo un espacio seguro para todos”, expresó la señora Carmen Álvarez, quien acudió con sus dos nietos.
El ambiente fue completamente familiar, con risas, música, luces y el bullicio de niños jugando. Elementos de Tránsito y Vialidad Municipal, así como de la Guardia Municipal, se desplegaron por toda la zona para garantizar la seguridad de los asistentes. No se reportaron incidentes.
“Nos sentimos tranquilos, vimos muchas patrullas y agentes atentos. Da gusto saber que uno puede salir sin preocuparse por nada”, comentó Juan Pablo Herrera, padre de familia que paseó junto a su esposa e hijos.
Los vendedores ambulantes también se sumaron a la noche, aprovechando la afluencia de visitantes para ofrecer desde algodones de azúcar y elotes, hasta juguetes luminosos y globos. “Este tipo de eventos nos ayudan mucho, hay más ventas y la gente viene de buenas. Todos ganamos”, dijo Gloria Zúñiga, vendedora desde hace más de 15 años.
La jornada cerró sin contratiempos, dejando a los asistentes con una sensación de nostalgia, unión y esperanza. El Paseo Colón demostró, una vez más, que es mucho más que una avenida: es un punto de encuentro para la familia y la ciudadanía.