
En los extensos terrenos de maleza y caminos rurales que rodean a Laredo, Texas, donde muchas veces la vista humana no alcanza, el olfato del agente K9 Xixo se convierte en la mejor herramienta para detectar lo que no se ve.
Este perro policía, entrenado por la Patrulla Fronteriza del Sector Laredo, ha demostrado ser un elemento clave en la localización de personas que cruzan ilegalmente por áreas remotas, escondiéndose entre arbustos, drenajes o campos de matorral. En operativos recientes, Xixo ha logrado detectar grupos ocultos en la espesura del monte, donde incluso los drones o sensores térmicos fallan.

Su olfato entrenado es capaz de distinguir el olor humano entre lodo, tierra mojada, basura o vegetación densa, lo que permite a los agentes intervenir con rapidez y precisión.
Además de identificar sustancias ilegales y armas, Xixo es parte de los llamados “binomios caninos” que patrullan zonas de alto cruce migratorio, donde muchos indocumentados arriesgan su vida cruzando el río o largas distancias a pie por el desierto. En muchos de esos casos, ha sido este perro el que ha marcado el punto exacto de escondite, evitando riesgos para los oficiales y facilitando rescates en condiciones extremas.

El trabajo de K9 Xixo no solo representa un avance en tecnología y estrategia de seguridad fronteriza, sino también un símbolo de entrega, disciplina y colaboración entre especies al servicio de una causa común: proteger la frontera que une a Laredo, Texas, con Nuevo Laredo, Tamaulipas.