En el Centro de Ejecución de Sanciones (CEDES) de Nuevo Laredo, las tardes no solo transcurren entre rutinas y conteos. En uno de los salones, un grupo de personas privadas de la libertad se reúne alrededor de un tablero oscuro con casillas de colores. Se escucha el sonido de los dados y las voces que cuentan los pasos: es un torneo de poleana en Nuevo Laredo, un juego profundamente ligado a la historia de las cárceles mexicanas.
La actividad forma parte del programa del Departamento de Educación, Cultura y Deporte del CEDES, que impulsa dinámicas lúdicas y culturales para fortalecer la convivencia, el respeto y el desarrollo de habilidades personales entre las PPLs. Además del torneo de poleana en prisión, en este mismo espacio se ensaya una pastorela navideña integrada por 10 participantes, que busca reforzar valores, expresión artística y trabajo en equipo.
En total, 18 personas privadas de la libertad tomaron parte en las eliminatorias finales del torneo, en un ambiente de sana competencia, compañerismo y disciplina. Entre cada tirada de dados, los internos se enfrentan a un reto simbólico: lograr que sus fichas “salgan libres” del tablero sin caer en las casillas de policía, una metáfora de su propio proceso de reinserción social.
¿Qué es la poleana y por qué nació en la cárcel?
La poleana juego carcelario mexicano es un juego de mesa que se inventó en las prisiones de la Ciudad de México hacia la década de 1930. Diversas crónicas señalan que pudo haber surgido en el antiguo penal de Lecumberri o en Santa Martha Acatitla, aunque no existe un registro único y definitivo: lo cierto es que nació detrás de los muros de una cárcel. Gatopardo+1
El tablero de la poleana en Nuevo Laredo conserva esa memoria: su diseño representa simbólicamente un centro penitenciario. La “barda” marca el límite del recorrido, el espacio central alude al patio donde conviven los internos y las casillas se asemejan a pasillos y celdas que deben recorrerse con cuidado. México Desconocido
Reglas básicas del juego de mesa poleana
En la versión clásica del juego de mesa poleana, participan de dos a cuatro jugadores. Cada uno controla varias fichas que representan a personas privadas de la libertad; el objetivo es recorrer todo el tablero y “fugarse” por la esquina de salida antes que los demás, sin caer en manos de la policía. Los Angeles Times+1
Las jugadas se definen con dados y requieren tanto cálculo mental como estrategia: hay que decidir qué ficha mover, cómo avanzar sin quedar expuesto y cuándo bloquear a los rivales. Si una ficha cae en una casilla ocupada por otra, puede ser enviada de regreso al inicio, como si fuera recapturada. Esa combinación de azar y pensamiento táctico ha hecho que, con el tiempo, la poleana se utilice también como herramienta educativa y de terapia, para trabajar habilidades matemáticas, concentración y manejo de emociones. AP News+1
Reos juegan poleana en el CEDES Nuevo Laredo
En el CEDES Nuevo Laredo actividades de reinserción como la poleana se viven con mucha intensidad. Durante el torneo más reciente, 18 PPLs se midieron en sucesivas rondas eliminatorias hasta llegar a la final. Cada partida exigía paciencia, respeto por las reglas y capacidad para aceptar la frustración cuando una mala tirada obligaba a regresar al punto de partida.
El personal del Departamento de Educación, Cultura y Deporte acompañó el proceso, recordando que se trata de una dinámica lúdica pero con un fuerte componente formativo. El respeto al turno del otro, la honestidad al mover las fichas y la resolución pacífica de cualquier desacuerdo son parte de los aprendizajes que se buscan cultivar con este torneo de poleana en prisión.
Un juego que también habla de libertad
Para los participantes, cada vuelta completa al tablero simboliza la posibilidad de salir adelante en la vida real. En la poleana, “salir libre” depende de una mezcla de suerte, estrategia y constancia; de forma parecida, la reinserción social exige aprovechar las oportunidades, pensar antes de actuar y aprender de los errores.
Algunos facilitadores destacan que, mientras juegan, los internos practican el autocontrol, la toma de decisiones y la convivencia respetuosa. La mesa de juego se convierte así en un espacio para hablar de responsabilidades, metas y segundas oportunidades, más allá del encierro físico.
Pastorela navideña: Teatro, valores y comunidad
Paralelo al torneo, 10 personas privadas de la libertad ensayan una pastorela que será presentada en las próximas semanas. En este montaje, los participantes trabajan lectura en voz alta, expresión corporal y memoria, al tiempo que reflexionan sobre temas como el bien y el mal, la solidaridad y la esperanza.
El grupo teatral del CEDES busca que cada escena sea una oportunidad para fortalecer la autoestima y el sentido de comunidad. Para muchos de los internos, esta es la primera experiencia formal sobre un escenario; el aplauso del público —compañeros, personal y visitantes autorizados— representa un reconocimiento a su esfuerzo y a su capacidad de cambiar.
Cultura y deporte como herramientas de reinserción
Tanto la poleana como la pastorela se enmarcan en una estrategia que impulsa actividades deportivas, educativas y culturales dentro del centro. El objetivo es ofrecer alternativas concretas para que las PPLs ocupen su tiempo en dinámicas constructivas, desarrollen habilidades y visualicen proyectos de vida más allá del cumplimiento de su condena.
Al cierre de las actividades, los organizadores resaltan que estos espacios ayudan a humanizar la estancia en prisión, a reducir tensiones y a demostrar que el talento, la creatividad y el deseo de superación también están presentes dentro de los muros del CEDES Nuevo Laredo.
