Recuerdo que hace algunas décadas, cuando había asambleas estudiantiles universitarias que tenían como propósito dirimir alguna situación que nos interesaba o afectaba como comunidad, era común que los “temas de mujeres” se vieran como aburguesados y molestos. Tema fifí, pues.
“¡Ya compañera! Cuando se solucione lo que nos afecta a todos