Larry Rubin, director ejecutivo de la Asociación Mexicana de Industrias de Investigación Farmacéutica (AMIIF), busca en todo momento ser cauto y diplomático, pero tampoco puede ocultar la frustación de sus agremiados con lo que ha pasado este sexenio con la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), órgano