Nuevo Laredo enfrentó una intensa tormenta en las últimas horas, registrando 4.2 pulgadas de lluvia en apenas 45 minutos, acompañadas de actividad eléctrica y ráfagas dispersas. Gracias a la rápida respuesta del Gobierno Municipal y al buen funcionamiento de la infraestructura pluvial, la ciudad superó el fenómeno sin incidentes mayores.
Protección Civil reportó únicamente siete vehículos varados y dos árboles caídos, los cuales fueron atendidos de manera inmediata sin consecuencias graves. Las brigadas de emergencia trabajaron en todo momento para salvaguardar la integridad de los ciudadanos.

Los sistemas de drenaje de la ciudad operaron con eficiencia, alcanzando solo un 35 % de su capacidad, lo que permitió que el agua fluyera sin provocar inundaciones. El paso a desnivel de Anáhuac fue cerrado por seguridad durante una hora y media para activar bombas hidráulicas, siendo reabierto poco después.
Este resultado reafirma la efectividad de las acciones preventivas implementadas por el Gobierno Municipal, que continúa en constante monitoreo para actuar ante cualquier eventualidad climática.
Con saldo blanco y operativos activos, Nuevo Laredo demuestra su capacidad de respuesta y compromiso con la seguridad de sus habitantes.