La advertencia llegó desde un actor muy cercano a la frontera de los Dos Laredos: La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, Sector Laredo, publicó en sus redes sociales que las personas que ingresen al país desde Latinoamérica podrían ser trasladadas a Honduras mientras esperan fecha de audiencia ante la corte de migración.
El mensaje impacta directamente a quienes cruzan por los puentes entre Nuevo Laredo y Laredo, Texas, uno de los puntos de entrada más utilizados por migrantes centroamericanos que viajan en familia o en caravana. En la práctica, significaría que, aun llegando a territorio estadounidense por esta frontera, no necesariamente se quedarían en EE. UU. mientras se analiza su caso, sino que podrían ser enviados a Honduras bajo un esquema de “tercer país seguro”.
El aviso del Sector Laredo: “Podrían ser trasladados a Honduras”
De acuerdo con la nota difundida por medios hondureños, la Patrulla Fronteriza del Sector Laredo advirtió que quienes lleguen a Estados Unidos desde Latinoamérica podrían ser enviados a Honduras para esperar su cita ante la corte. El aviso fue publicado en redes sociales oficiales de la corporación y forma parte de un mensaje disuasivo dirigido a quienes planean solicitar asilo.
La comunicación enfatiza que las nuevas directrices migratorias están cambiando el destino de cientos de solicitantes de protección, por lo que pide a los migrantes informarse antes de iniciar el viaje. En otras palabras, aun si alguien logra llegar a la frontera y entregarse a la Patrulla Fronteriza, no hay garantía de que permanecerá en territorio estadounidense mientras se procesa su caso.
El acuerdo de tercer país seguro con Honduras
El aviso se sustenta en un acuerdo de cooperación en materia de asilo entre Estados Unidos y Honduras, que permite a Washington remover a ciertos solicitantes de protección hacia territorio hondureño para que allí se examinen sus peticiones. El convenio fue firmado este año por el gobierno hondureño e incluye la firma del canciller Enrique Reina.
Según lo difundido en Honduras, originalmente se habló de recibir hasta 200 refugiados procedentes de América Latina, aunque el texto oficial del acuerdo no fija una cifra pública y deja en manos de ambos gobiernos definir a qué perfiles se aplicará.
Organizaciones especializadas en migración ubican este tipo de convenios dentro de la figura de “tercer país seguro”, que permite a Estados Unidos declarar inadmisible la solicitud de asilo de una persona y enviarla a otro país que, en teoría, ofrece protección adecuada.
Asilo suspendido y dudas sobre la protección real
La nota difundida en Honduras recuerda que, mientras se impulsa este esquema, la administración estadounidense mantiene suspendida de facto la mayoría de solicitudes de asilo en su propio territorio, usando filtros y acuerdos externos para limitar quién puede presentar su caso ante un juez de inmigración.
Críticos de la política de migrantes enviados a Honduras señalan varias preocupaciones:
- Honduras enfrenta altos índices de violencia, pobreza y desplazamiento interno, lo que plantea dudas sobre su capacidad para garantizar seguridad y acceso efectivo a procedimientos de refugio.
- Las personas trasladadas serían, en muchos casos, migrantes que no tienen familia, redes de apoyo ni conocimiento del país, quedando en una situación de extrema vulnerabilidad.
- Experiencias previas con acuerdos similares en la región han mostrado falta de transparencia y riesgos a derechos humanos, según organizaciones civiles y organismos internacionales.
Pese a estas críticas, Estados Unidos ha multiplicado los convenios de tercer país seguro con naciones de la región —entre ellas Honduras— como parte de su estrategia para reducir el número de solicitudes de asilo en su propio sistema migratorio.
Llamado a informarse antes de emprender el viaje
El mensaje del Sector Laredo va dirigido a quienes planean viajar desde Centro y Sudamérica hacia la frontera de Estados Unidos para pedir asilo. La advertencia es clara:
- Podrían ser detenidos en la zona fronteriza,
- trasladados en avión a Honduras,
- y obligados a esperar allí su proceso, sin garantías de poder regresar a territorio estadounidense.
Para las comunidades de Nuevo Laredo y la frontera chica, el anuncio significa que la región seguirá siendo un punto clave en la ruta migrante, pero ahora con un riesgo adicional: que quienes crucen por esta frontera terminen siendo parte de los migrantes enviados a Honduras bajo el nuevo esquema.
