LAREDO, Texas. – A casi ocho años del crimen que estremeció a toda la frontera, este miércoles 23 de abril, Sergio Méndez, de 42 años, compareció ante un juez por el asesinato de Janette Escamilla Jaramillo, una madre de nueve hijos que fue hallada sin vida bajo una rampa de patinaje en el parque Seven Flags en 2016.

El acusado, quien ya cumple una condena de 10 años por otro delito, enfrenta ahora cargos formales por homicidio agravado con indicios de agresión sexual, luego de una larga y compleja investigación que tomó un nuevo rumbo gracias a la tecnología forense y el programa estatal Sexual Assault Kit Initiative.
Un crimen brutal que marcó a la comunidad

El cuerpo fue hallado a pocas cuadras de su casa
La noche del 18 de mayo de 2016, Janette salió de trabajar como lo hacía cada día. Nunca llegó a casa. Horas más tarde, su cuerpo fue descubierto por empleados del municipio debajo de una rampa de patinaje, en un parque al que muchas familias de la colonia acuden con sus hijos.
Según los registros de la investigación, fue estrangulada luego de un intento de agresión sexual. Imágenes de videovigilancia mostraban a Janette caminando con un hombre alto, cubierto con una bolsa de basura por la lluvia. Era la última vez que se le vería con vida.
Una pista genética reabre el caso años después

El ADN fue la clave para identificar al sospechoso
Durante años, el caso permaneció estancado, sin justicia, hasta que en 2021, su expediente fue seleccionado para un programa especializado en resolver casos archivados con pruebas genéticas avanzadas.
Gracias al apoyo de fondos federales, se realizaron nuevas pruebas de ADN que finalmente señalaron a Sergio Méndez como el presunto agresor. La Fiscalía del Condado de Webb, los Texas Rangers y la Policía de Laredo colaboraron para formalizar su acusación y detenerlo.
Hoy comenzó el camino hacia la justicia
Durante la audiencia de hoy, Méndez se declaró no culpable y fue asignado un abogado de oficio. Sin embargo, el peso de la evidencia forense y los años de espera por justicia podrían convertir este proceso judicial en un punto de inflexión para la familia de Janette y para muchas otras víctimas de violencia en la región.