Este domingo 15 de junio, los panteones de Nuevo Laredo fueron escenario de una emotiva jornada familiar. A pesar del intenso calor, decenas de familias acudieron para rendir homenaje a sus padres fallecidos, en una tradición que cada año cobra más fuerza entre la comunidad neolaredense. La visita a los camposantos se convirtió no solo en un acto de memoria, sino en una oportunidad para reforzar la identidad familiar y compartir recuerdos en torno a los seres queridos que ya no están.
Celebración entre tumbas, flores y música
Desde temprana hora, los visitantes comenzaron a llegar al Panteón Municipal Antiguo y otros cementerios de la ciudad. A diferencia de otros años, se notó mayor afluencia, destacando la presencia de arreglos florales, alimentos, bebidas, paraguas, sillas, y hasta toldos para resguardarse del sol.
El ambiente fue de respeto, pero también de celebración. Las notas de música norteña, las oraciones y los arreglos de flores eternas —muy populares por su durabilidad— formaron parte del escenario habitual en cada tumba.Familias recuerdan a sus padres con cariño
Entre los muchos casos, se observó a miembros de la Familia Benavides Hinojosa restaurando una figura religiosa sobre la tumba de quien fuera esposo y padre. Del mismo modo, la Familia Rentería Valdez visitó la lápida de Don Rodolfo Rentería Cárdenas, quien fue recordado como un hombre dedicado a su hogar.
Comerciantes aprovechan la fecha para vender flores
Afuera del camposanto, decenas de vendedores de flores naturales y sintéticas aprovecharon la ocasión para ofrecer sus productos. Las flores eternas fueron especialmente solicitadas por su durabilidad y valor sentimental.
Este tipo de fechas representa también un alivio económico para pequeños comerciantes, quienes encuentran en estas tradiciones una oportunidad para mejorar sus ingresos.











