Despierto cada día con el pesar de tu ausencia; trato de conciliar el sueño, pero esta angustia infinita de no saber en dónde estás no me lo permite. ¡Pesadilla infernal! ¡¿Cómo detener el tiempo!? Hijita, ¿por qué no me así de tu bracito cuando sonriente ibas a cruzar el umbral